Miles en los jardines de Aranjuez

Joaquín Rodrigo: Concierto de Aranjuez, 1939 / Miles Davis: Sketches of Spain, 1959

Me imagino a ese señor de grandes ojos negros, con la trompeta en la mano, paseando por los jardines del palacio madrileño una tarde de invierno, los árboles desnudos, el vaho saliendo de la boca, las huellas en el barro, el eco de la melodía en el aire que envuelve ese paseo...y al final del camino, al valenciano de gafas oscuras sentado en un banco, fumando en pipa y extendiendo la partitura entre sus dedos...un encuentro peculiar, sin duda.
La fotografía, por cierto, pertenece a la serie que Irving Penn dedicó en 1986 al trompetista.
Dejo el primer vídeo, y un enlace del segundo, que no puedo insertar:



http://es.youtube.com/watch?v=CMztZq-h0x4

And I don't have to tell you it's all too beautiful

Provoca quien puede, no quien quiere, o, dicho de otra forma, se siente provocado el que busca sentirse así, el que se ofende, el que se da por aludido. El nombre de Tracey Emin siempre ha estado ligado a la polémica, pues muchos han considerado su obra excesiva, irreverente, narcisista, insultante. Y es así porque el lenguaje de Emin se balancea entre lo privado y lo público como una peonza que gira sin cesar y que jamás detiene su elíptico movimiento, porque exhibe su vida de tal manera que la acaba convirtiendo en algo que nos concierne a todos; y, yendo más allá, logra, aunque sea de forma esquiva, indirecta, puede que incluso involuntaria, que en ese exceso todos encontremos algo de nosotros mismos, de nuestras propias experiencias.
Hay una parte de la producción de Emin que expresa de forma muy abierta esa disyuntiva entre lo público y lo privado, y son las mantas bordadas a manera de collages, en las que la palabra se erige como protagonista de la obra, en principal portadora del mensaje. Frases contundentes, directas, que no dejan lugar a ningún juego de doble intencionalidad, que hablan de amor, sexo, racismo, muerte, odio; de los traumas de la artista y de los traumas de nuestra sociedad. Y el hecho de que el soporte sean colchas, colchas muy parecidas a esas de patchwork que se hacían antaño, no puede ser gratuito. No hay espacio más íntimo que aquél en el que cubrirse con ellas, y no hay nada más escandaloso que lanzar esos gritos, esas palabras desnudas al aire, como queriéndose destapar, queriendo ser vistas, debiendo ser vistas. Es un acto de provocación, sí; pero no resulta molesto, si no más bien todo lo contrario: indispensable.

La cebolla

Cuando vino a este mundo, la cebolla no presentaba capa alguna. Estaba su cuerpo desnudo, el corazón al aire, accesible para todo aquél que quisiese acercarse a mirar, a tocar, a adentrarse. Poco a poco, las capas fueron apareciendo. Primero, para refugiarse del frío, pues allí donde vivía la cebolla, soplaba fuerte el viento. Después, para protegerse de extraños, pues cayó en la cuenta de que su corazón estaba demasiado expuesto y, en muchas ocasiones, provocaba envidias, recelos, e incluso algún ataque. Esto le hizo mucho mal, y con el tiempo se fue convirtiendo en una cebolla suspicaz, que veía amenazas allí donde no las había, y decidió sobreproteger su corazón, a base de más y más capas. Ya no rechazaba únicamente a desconocidos, sino que comenzó también a apartar de su lado a las cebollas hermanas, aquéllas que la querían, que conocían bien su interior, ya que al fin y al cabo, según pensó, eran todas cebollas de la misma naturaleza, tanto las amigas como las no amigas.
Un día, la cebolla se miró en un espejo, y no se reconoció. Se vio pesada, cargada de miles y miles de capas que impedían cualquier tipo de movimiento, cualquier tipo de sensación. Buscó dentro, para ver si su corazón seguía, al menos, intacto, como ella pretendía, pero no lo encontró. Se preguntó cómo había llegado a ese estado, cómo podía haberse quedado sin corazón. Decidió entonces despojarse de ellas, empezando por las últimas, las que la habían separado de su familia, y así, les dejó ver cómo debajo de ellas lo único que había era miedo, y les pidió por favor que la ayudaran a quitarse las demás. Y de esta forma, la cebolla se arrancó la piel, quedando su corazón de nuevo al aire, al contacto con el sol, con la lluvia, con el viento, despreocupada de amenazas externas; y es que la cebolla se dio cuenta de que, en realidad, estando desnuda era como mejor podía protegerse.

Nuevo hallazgo

Nirvana: Nevermind, 1991 / Pink Freud: Sorry Music Polska, 2002

Y escuchando, escuchando, hoy me encontré otro tesoro musical, de esos de los que hablaba el otro día...
En esta ocasión es la versión que hacen Pink Freud, banda de nu jazz, jazz contemporáneo, jazz experimental o la etiqueta que le queráis poner, del tema de Nirvana Come as you are, desprovista ahora de la decadente tosquedad de la voz de Kurt Cobain, y reconvertida en una pieza instrumental, lenta, que sorprende en algunos momentos..
Nada que ver, si no fuera porque la melodía es la misma...




Tina Modotti

De nuevo, una mujer fotógrafa...quizá porque en la mirada de la mujer me siento más cómoda...porque, en secreto, quisiera ser como ella...porque merece un alto en este caminar a tientas... o, simplemente, porque me gusta contemplar sus fotografías, algunas pausadas, delicadas, retratos de lo cotidiano; otras más enigmáticas, abstractas, construcciones geométricas en espacios extraños. Me hablan estas imágenes de una doble visión: la emocional, la vinculada al sentimiento, la que narra historias, y la racional, la que investiga, la que juega con la percepción.




Más Microrrelatos

AUGUSTO MONTERROSO: “El Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio”

Hubo una vez un Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio; pero encontró que ya la primera había hecho suficiente daño, que ya no era necesario, y se deprimió mucho.

ALEJANDRO JODOROWSKI: “Después de la guerra”

El último ser humano vivo lanzó la última paletada de tierra sobre el último muerto. En ese instante mismo supo que era inmortal, porque la muerte sólo existe en la mirada del otro.

JOSÉ DE LA COLINA: “Ardiente”

¿Quieres soplarme en este ojo? -me dijo ella-. Algo se me metió en él que me molesta.
Le soplé en el ojo y vi su pupila encenderse como una brasa que acechara entre cenizas.

EUSEBIO RUVALCABA: “El melómano”

Compra discos, lee biografías de músicos, colecciona programas de mano. Por sus venas circula música. Y muchas veces ama aun más la música que los propios músicos. Pero llora en vez de tocar.

ADOLFO BIOY CASARES : “Post-operatorio”

-Fueran cuales fueran los resultados -declaró el enfermo, tres días después de la operación- la actual terapéutica me parece muy inferior a la de los brujos, que sanaban con encantamientos y con bailes.

ADOLFO BIOY CASARES: "Para un tesoro de sabiduría popular"

Me dice la tucumana: “Si te pica una araña, mátala en el acto. Igual distancia recorrerán la araña desde la picadura y el veneno hacia tu corazón”.

JAIRO ANÍBAL NIÑO : “Cuento de arena”

Un día la ciudad desapareció. De cara al desierto y con los pies hundidos en la arena, todos comprendieron que durante treinta largos años habían estado viviendo en un espejismo.

JAIRO ANÍBAL NIÑO: “Fundición y forja”

Todo se imaginó Superman, menos que caería derrotado en aquella playa caliente y que su cuerpo fundido, serviría después para hacer tres docenas de tornillos de acero, de regular calidad.

POLI DÉLANO : “A primera vista”

Verse y amarse locamente fue una sola cosa. Ella tenía los colmillos largos y afilados. Él tenía la piel blanda y suave: estaban hechos el uno para el otro.

MÓNICA LAVÍN: “Motivo literario”

Le escribió tantos versos, cuentos, canciones y hasta novelas que una noche, al buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontró más que una hoja de papel entre las sábanas.

JULIO CORTÁZAR: “Amor 77”

Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.

MARCO DENEVI: “Don Quijote cuerdo”

El único momento en que Sancho Panza no dudó de la cordura de don Quijote fue cuando lo nombraron (a él, a Sancho) gobernador de la ínsula Barataria.

ANA MARÍA SHUA: “69”

Despiértese, que es tarde, me grita desde la puerta un hombre extraño. Despiértese usted, que buena falta le hace, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando.

[http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/exbreve.html]

;)

Nina Simone: Broadway Blues Ballads, 1964 / Feist: The Reminder, 2007

Me gustan los encuentros entre distintas canciones, los guiños, los homenajes que un artista hace a otro, las versiones de viejos temas, las colaboraciones y aportaciones...que la música se retroalimente con más música. De esta forma, crece tanto el que homenajea como el homenajeado, y claro está, el que escucha a ambos. Me siento feliz cuando descubro de repente estas conexiones, son como adivinanzas, como tesoros escondidos bajo el mar.
Aquí dejo el primer tesoro, descubierto hace unos meses...iré trayendo más...



Aire mar campo sonrisa sol arena pies huellas piedra insectos flor verano correr mirar nostalgia caminos misterio bosque desconocido torbellino arrastre música sentir volar acercarse extraño viajar descubrir niño sorpresa ingenuo volver realidad peso gravedad imposible soledad ciudad multitud gris escapar sueño dormir calidez abrigo cueva explorar fuego eco valle inmensidad nube tormenta lluvia fresco gota hoja caracol manzanas escalera llegar cima feliz brisa descanso árbol sombra pájaro ojos comprender tocar manos piel acariciar respirar aire

Blu

Afortunadamente hoy en día se siguen haciendo cosas que demuestran que el Arte sigue vivo, que no se quedó estancado en las Vanguardias, que hay gente a quien la mezcla de experimentación e ingenio le lleva a crear obras que tienen la capacidad de sorprendernos por lo innovador y al mismo tiempo por lo coherente de su existencia dentro de la evolución artística. Blu es un dibujante italiano que trabaja en espacios públicos, y que es el creador de pinturas murales animadas que podemos ver en la web www.blublu.org. A mí me parecen geniales, por ser un punto de encuentro entre varias manifestaciones, como el graffiti, el cine de animación, o el videoarte, y porque reflejan un duro trabajo que requiere mucho tiempo para poder dar lugar a imágenes que configuran cada una de ellas un fotograma de la posterior filmación. Imágenes que pinta para luego ser eliminadas, que se van sucediendo para dotar de movimiento a las figuras, como en los primeros aparatos cinematográficos.

Excuse me, Mr...

Dice Miquel Barceló que se ha mantenido al margen de la polémica sobre el empleo de los Fondos de Ayuda al Desarrollo para financiar el descomunal y pretencioso proyecto de la decoración de la sala de los Derechos Humanos, en la sede de la ONU de Ginebra.
Yo no entiendo cómo un artista puede mantenerse al margen del mundo en el que vive, sobre todo cuando sucede algo que tiene que ver con el propio artista, y cuando esto que sucede afecta además a otros colectivos.
No entiendo cómo puede decir que no es asunto suyo la forma en que se financia su obra, que no le ha dado muchas vueltas al tema, como si lo único que le importase fuera hacerse con ese dinero para llevar a cabo su personal subida a los altares.
No entiendo que el Arte sea únicamente una forma de vanagloriarse, y no una forma de reflexionar sobre la realidad que nos rodea. Pero lo paradójico de todo esto es que, aunque la propia obra no haya conseguido por sí misma provocar esa llamada de atención en las conciencias, al final, el resultado ha sido el mismo que Goya buscó en Los fusilamientos del 3 de mayo.
Excuse me, Mr., pero yo no entiendo que uno pueda mirarse tanto al ombligo sin llegar a cansarse.

El río

Cuando se empieza a leer un libro no siempre hay por qué terminarlo; ésta es una de las cosas que hacen que poco a poco vayamos adquiriendo cierto criterio, pues no todo lo que está escrito tiene que satisfacer lo que cada uno busca en la lectura. Al fin y al cabo, nada escapa al sentido utilitarista, aunque éste no sea de tipo material. Hay quien busca aventura en las páginas en las que se zambulle; hay quien ansía soñar con una vida paralela, recrearse en la fantasía; hay quien, al contrario, busca sentirse identificado, ver reflejado su rostro, o su alma, en ese espejo de papel...Hay quien busca todo al mismo tiempo, y quien no buscaba nada concreto, pero algo encontró...existen tantas expectativas en la literatura como podamos imaginar.

Recuerdo que al comenzar a leer Siddharta, hace como un año y medio, me ví de nuevo capturada por ese misticismo por el que me había sentido atraída cuando tenía 17 o 18 años, y quise escapar corriendo de él, como quien escapa de aquéllo que rechaza pero al mismo tiempo admira, porque no comprende, porque se siente extranjero, porque empequeñece ante su presencia. Así que tuve el impulso de volver a dejar el libro en la estantería de donde lo había sacado.

Pero con el transcurso de la lectura, me olvidé de todo lo que hasta ahora me había provocado ese rechazo. Pues en el viaje de Siddharta, que es un viaje de ida y vuelta sobre sus propios pasos, sobre sus propios errores, anhelando la sabiduría y despojándose después de ella, haciéndose poseedor de todas las riquezas, y volviendo de nuevo a no tener nada, ser dios para luego volver a ser hombre, está recogida la esencia de cualquier ser humano, sin importar demasiado el lugar del que procede o lo pequeño que pueda llegar a ser.

Yo nada buscaba en esa lectura, y encontré que, al igual que él, me había sentido extrañamente cercana a ese río, mirando cómo el agua se tropieza con las piedras, cómo alcanza una meta para luego conseguir otra, cómo en ella fluyen todas las cosas... Al parecer, el agua también va a tientas...

Microrrelato II

Instrucciones para subir una escalera
"Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquier otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie.)
Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso."

Julio Cortázar: Historia de Cronopios y Famas

De donde no se vuelve



“La fotografía es un poderoso médium. Nos lleva al otro lado de la vida. Y allí, atrapados en su mundo de luces y sombras, siendo sólo presencia, también vivimos. Inmutables. Sin penas. Redimidos nuestros pecados. Por fin domesticados… Congelados. Al otro lado de la vida, de donde no se vuelve”.

Alberto García-Alix [MNCARS 5/11-16/2]

Conciertos para llevar

Merece la pena darse una vuelta por La Blogothèque (www.blogotheque.net) y pinchar en la sección "Conciertos para llevar". Ahí podemos encontrar vídeos de varios artistas que ofrecen conciertos ¿improvisados? en distintos espacios.

Mis favoritos:

Haikus

Como voy a tientas, y descubro poco a poco cosas, hoy me he tropezado con los Haikus, que resulta que son el antecedente directo de los microrrelatos europeos, y que Mario Benedetti se encargó de difundir por Sudamérica en Rincón de Haikus (1999).
Según la etimología japonesa, la expresión haiku [hai: divertido, cómico; ku: estrofa, frase] vendría a designar a un tipo de composición literaria, normalmente de 3 versos, destinada a entretener. Aunque la historia del significado de la palabra es bastante compleja; la podéis seguir en http://usuarios.netgate.com.uy/carlosfleitas/etimolku.htm.
Al intentar definirlos, me doy cuenta de que su significado tiene mucho que ver con cosas que ya he escrito. Y es que los haikus recogen "impresiones", retazos de experiencias sensoriales que hacen referencia a la Naturaleza por medio de la sugestión. Me parece que guardan una especial relación con la Fotografía, por lo que tiene de captura de estas experiencias, y con la pintura Impresionista, que trataba, al fin y al cabo, de conseguir ese mismo efecto de evocación.
Así que finalmente, me empeño en pensar sobre la misma cosa...como un tema recurrente que aparece en todo lo que, últimamente, me llama la atención: El gusto por lo sencillo, por lo que no necesita de explicación alguna, por lo que te envuelve con su sola existencia, sin pretensión alguna de ser protagonista, sólo de ser.

Dejo algunos:

Partiendo en barca,
un corazón que se aleja...
El canto de los insectos...
Usuda Arô

Del este o del oeste
sobre los campos de arroz
el sonido del viento
Matsuo Bashô

Se incendió mi casa:
ahora nada me obstruye
la visión de la luna
Mizuta Masahide

Ya revela su cara oculta,
ya la otra; así cae
una hoja de otoño.
Daigu Ryôkan

Las voces de la gente,
pasando a medianoche;
el frío.
Shida Yaha






De lo invisible

Sucede que la vida, como el trueno, que sólo viene con la lluvia, se compone de efímeros instantes que desaparecen tras un parpadeo, no volviendo nunca más a repetirse. Sucede además que estos instantes vienen cargados, como las nubes de agua, de infinitos y sutiles detalles cuya percepción se escapa al más despreocupado, incapaz de ver otras realidades distintas de la suya.
Por suerte, existen personas que no sólo se detienen a observar, si no que además se toman la molestia de capturar esas impresiones de lo invisible para compartirlas con los demás.
Que lanzan su mirada sobre las cosas [ya sean gigantescas o microscópicas], haciéndolas protagonistas de imágenes que podemos guardar en nuestra memoria y recuperarlas cuando estemos a punto de olvidar...
...olvidar que vivimos rodeados de matices, de volátiles partículas, de luces, de colores, de texturas, de perfumes...
...en definitiva, olvidar que estamos vivos.
Así son las fotos de Javier González Roces. Aquí dejo una muestra de lo sencillo que resulta hacernos dueños de su mirada, como sencillo es lo que en ellas aparece.














[Las imágenes aquí mostradas poseen copyright y son propiedad de su autor. Por tanto no podrán ser utilizadas sin su consentimiento expreso: www.javiroces.es]

A Black Man in the White House / A White Man with a Black Past

La Historia se ríe en nuestras narices...El Roto lo expresa muy bien en la viñeta publicada ayer en El País:

La alegría de un día como el de hoy es doble: por un lado, al comprobar que, avanzando a tientas, se puede llegar muy lejos, y conseguir lo inimaginable hace tan sólo unos pocos años (no llega al decenio...). Y por otro, al decir plácidamente adiós al tipo que ha puesto el mundo patas arriba; que, con los pies sobre la mesa y su sombrero de ranchero rancio, ha llevado al desastre a la sociedad estadounidense, y con ella a todas las demás. Esperemos que, después de marcharse por la puerta de atrás, tenga tiempo de aprender a leer los libros al derecho.

Microrrelato I

"Sancho Panza, que por lo demás nunca se jactó de ello, logró, con el correr de los años, mediante la composición de una cantidad de novelas de caballería y de bandoleros, en horas del atardecer y de la noche, apartar a tal punto de sí a su demonio, al que luego dio el nombre de Don Quijote, que éste se lanzó irrefrenablemente a las más locas aventuras, las cuales empero, por falta de un objeto predeterminado, y que precisamente hubiese debido ser Sancho Panza, no hicieron daño a nadie. Sancho Panza, hombre libre, siguió impasible, quizás en razón de un cierto sentido de la responsabilidad, a Don Quijote en sus andanzas, alcanzando con ello un grande y útil esparcimiento hasta su fin"

Franz Kafka: La verdad sobre Sancho Panza

Hiperbrevedad

Una nota. O una melodía.
Un color. O el arco iris.
Una palabra. O un discurso.
Una mirada. O un abrazo.
Una anécdota. O una aventura.
Un soplo. O un huracán.
Nada. O todo.
Cualquier cosa puede inspirar un microrrelato. Pequeños fragmentos de vida, o de sueño, que quedan recogidos en pocas líneas, y que tienen la capacidad, como los cuadros impresionistas de, con unas pocas pinceladas, transmitir gran cantidad de sensaciones.
Monterroso los llamó relatos hiperbreves [quizá para hacer mayor énfasis en lo hiperbólico de su brevedad]: "Hoy me siento bien, un Balzac: estoy terminando esta línea", escribió.
Quizá el éxito del microrrelato signifique la democratización de la literatura, del mismo modo que ya ha ocurrido en otros géneros artísticos como la música, el cine o la fotografía. Quizá todos podamos ser por un instante un hiperbreve Balzac.

Sobre un capítulo de Jules et Jim

Sería buen momento para realizar una profunda crítica sobre esta película, que ví no hace mucho, de François Truffaut, y comenzar a divagar sobre la estética de la Nouvelle Vague, el discurso que se plantea, de forma algo esquizofrénica, sobre las posibilidades del ménage à trois, o el travestismo de Jeanne Moureau.
Sin embargo, no fue todo esto lo que más me llamó la atención. Lo hizo un pequeño detalle que aparece en la secuencia en la que Jules y Jim se encuentran luchando en sus respectivas trincheras (austríaca y francesa), durante la Primera Guerra Mundial. Sin llegar a saber si se trata de un hecho verídico, me atrajo poderosamente la idea de la existencia, en pleno campo de batalla, de pantallas de cine y escenarios de teatro que tendrían la misión de entretener a los soldados que permanecieron durante cuatro largos años al pie del cañón; idea que me recordó, por otro lado, a las célebres actuaciones de Marilyn y Marta, cada una a su estilo y cada una refugiada en su propia bandera.
Porque no deja de ser reconfortante y dulce imaginarse a esos mismos hombres que momentos antes portaban sus fusiles a la espera de poder dispararlos contra el adversario, hombres que habían visto caer a sus compañeros, hombres despojados de toda vida, que recibían cartas de amor cuya lectura se ahogaba en lágrimas por no poder abandonar aquellos lugares de desolación y destrucción, allí postrados ante esas pantallas y escenarios, alejados de cualquier vínculo con la realidad, compartiendo risas, complicidad, aplausos. Como una especie de tabla de salvación a la que aferrarse, como una ventana abierta al mundo que, ahí fuera, permanecía ajeno a los horrores de la guerra... Hombres que experimentarían, me lo puedo imaginar, una especie de catarsis emocional, purificados y preparados ya para volver a enfrentarse a la muerte, al odio y a la miseria humana.
Espero poder indagar sobre la existencia real de estos pequeños oasis de distracción. Mientras tanto, seguiré pensando que sí, que podemos ser, al mismo tiempo, monstruos y niños.

The Wind

Pasa con frecuencia. El hombre del siglo XXI tiende a pensar que el mundo en el que vive es el resultado de una serie de experimentos, de una gran cantidad de secuencias prueba-error que han permitido eliminar cualquier resto de impureza sobre lo hecho anteriormente hasta alcanzar el máximo grado de perfección.
Sin embargo, de vez en cuando aparecen testimonios, sean del tipo que sean, que nos vienen a recordar que, en muchas ocasiones, no sólo ya se había alcanzado con anterioridad esa perfección si no que, además, nos hemos empeñado en llevar a cabo un proceso de involución.
El cine mudo es uno de esos testimonios. Cuando alguien se sienta a ver películas como The Wind (Victor Sjöström,1928) se pregunta cómo puede ser que, tras haber creado tal fiel expresión de la debilidad humana, se haya llegado a banalizar tantas veces la capacidad artística que posee el lenguaje cinematográfico.
En The Wind, como en muchas otras películas de la época (El Gabinete del doctor Caligari, Robert Wiene, 1920) el leit motiv es la frágil línea que separa lo racional de lo irracional. La sola elección de la temática ya nos habla de la voluntad transgresora del film. Pero es más transgresor, más desconcertante aún el hecho de que el verdadero protagonista, el que impulsa a cruzar esta línea, es un poderoso viento del Norte que hace a los caballos descender de la montaña y alterar el ánimo de Letty, papel interpretado por la inquietante Lillian Gish. A través de numerosos primeros planos podemos introducirnos en el alma de esta mujer que teme perder la cordura cada vez que el maldito viento recorre el desierto tejano y que llega a meterse en su casa para tambalear aquellos cimientos, tanto físicos como psíquicos, que parecían prometer protección. La propia naturaleza del cine mudo, la no utilización de recursos sonoros (a excepción de los musicales), que servirían para enfatizar lo narrado, hace de las imágenes del film pequeñas poesías visuales, fotografías en movimiento dotadas de un doble sentido que necesitan de la complicidad del espectador para ser comprendidas.
The Wind
fue la primera película rodada por el director sueco en Hollywood, donde cambió su apellido por el de Seastrom, y parece que fue un proyecto ideado junto a Gish. Quizá por ello podemos adivinar algunos ecos de rebeldía en el personaje de Letty, poseedor de cierta resignación, cierta capacidad de adaptarse a su destino, al tiempo que hace de esta misma resignación su principal arma de defensa; actitud que recuerda bastante a las protagonistas de las películas de Lars von Trier.
Desde el punto de vista técnico, no deja de asombrar lo avanzado de algunos recursos empleados en años tan primitivos, como la superposición de imágenes o los efectos especiales que aparecen en algunas secuencias.
Merece la pena acercarse a la obra de directores de cine como Sjöström, pioneros en la exploración de los recursos cinematográficos, y admitir, en un gesto de humildad, que no hacía falta demasiada experimentación para conseguir una obra de tal maestría.

Parecidos razonables

Un par de oníricas canciones...

[ALBERT PLA. LA DIFERENCIA, 2008]

Yo estuve al borde de la muerte
tantas noches...
y sin embargo estoy en pie,
yo sigo aquí
yo que estuve al borde de la muerte
tantas noches...
y sin embargo sigo vivo
y aunque parezca estar durmiendo
no, qué va,
yo no estoy durmiendo, no
Yo sigo soñando, sigo soñando...

Vivo soñando, vivo soñando
Vivo soñando, vivo soñando

Sueño dormido
sueño despierto,
yo sueño mucho...
sueño un montón
sueño de noche,
sueño de día,
sueño con lluvia
sueño con sol.
sigo soñando, sigo soñando...

Yo estuve al borde de la muerte
tantas noches...
y sin embargo estoy en pie,
yo sigo aquí
yo estuve al borde de la muerte
tantas noches....
y sin embargo sigo vivo
y aunque parezca estar despierto
con los ojos bien abiertos,
yo no estoy despierto, no
yo sólo sigo soñando, sigo soñando...

Vivo soñando, vivo soñando
Vivo soñando, vivo soñando

Sueño que vuelo,
que cambio el mundo,
sueño al derecho,
sueño al revés
sueño contigo,
sueño conmigo
que estamos juntos...
aunque no estés,
sigo soñando, sigo soñando...

Yo estuve al borde de la muerte
tantas noches...
y sin embargo estoy en pie,
yo sigo aquí
yo que estuve al borde de la muerte
tantas noches...
y aunque parezca estar ausente
que sepa la mala gente,
que se entere el Presidente
que yo sigo presente... sólo que yo...
sigo soñando, sigo soñando...

Vivo soñando, vivo soñando
Vivo soñando, vivo soñando
Y es que también tengo
más de un mal sueño
pero, sin miedo, sigo soñando
y en su lugar, lo primero que hago
cuando despierto, es seguir soñando
sigo soñando, sigo soñando...

Vivo soñando, vivo soñando
Vivo soñando, vivo soñando

Vivo soñando... vivo soñando


ANOCHE SOÑÉ CONTIGO

[KEVIN JOHANSEN. LOGO, 2007]

Anoche soñé contigo y no estaba durmiendo
todo lo contrario, estaba bien despierto
soñé que no hacía falta hacer ningún esfuerzo
para que te entregaras...
en ti yo estaba inmerso…

Qué lindo que es soñar! soñar no cuesta nada,
soñar y nada más… con los ojos abiertos,
Qué lindo que es soñar! Y no te cuesta nada más que tiempo…

¿Qué hacer con tanta angustia, por cosas no resueltas…
con toda esta energía, casi siempre mal puesta?
Si pudiera olvidarme por siempre de mí mismo,
habrías de encontrarme allí en tu dulce abismo.

Qué lindo que es soñar! Soñar no cuesta nada,
soñar y nada más… Con los ojos abiertos.
Qué lindo que es soñar! Y no te cuesta nada más que tiempo…


Soñé que no hacía falta hacer ningún esfuerzo
Para que te entregaras, en ti yo estaba inmerso

Qué lindo que es soñar! Soñar no cuesta nada,
soñar y nada más… Con los ojos abiertos.
Qué lindo que es soñar! Y no te cuesta nada más que tiempo…

Anoche soñé contigo…

Pues eso, a seguir soñando...........

Gerda Taro

Que la mujer es un ser invisible en la Historia del Arte es tan obvio como reconocer que esa Historia sería contada de forma bien distinta si en ella se incluyera a todas aquellas artistas que con su obra, y por extensión, con su vida, arrojaron una visión alternativa a los acontecimientos que les tocó vivir. Y que la mirada femenina existe, es otra obviedad en la que, desde las cátedras de la Universidad, desde las páginas de los libros, desde los museos y centros de arte, se ha caído esta mañana. Es tan alargada la sombra del androcentrismo, que, aún habiendo mujeres con el mismo o superior genio que sus coétaneos, permanecen a la espera de ser redescubiertas.
Gerda Taro es conocida por ser la compañera sentimental de Robert Capa, con quien viajó a España a cubrir la información gráfica sobre la Guerra Civil. En el amor y en la fotografía, estuvieron unidos hasta que un tanque atropelló a Gerda en la carretera que unía Brunete con Madrid en 1937, y que debió estar cerca de la zona en la que vivo en la actualidad. Esto no hace si no alimentar más mi curiosidad por ella... Reivindicar su figura me parece un acto de justicia poética. Pero, aunque hubiera muerto en la carretera que une Santiago con Coruña, me seguiría sintiendo fascinada por la vida de esta mujer, que, por compartir cámara con su amado Robert, se quedó sin el reconocimiento que merecía.
Aquí queda mi minúsculo homenaje a esas artistas que, aún a tientas , siguieron avanzando.




[Las fotografías han sido tomadas de:
www.icp.org/museum/exhibitions/gerda_taro]

A tientas


Se retrocede con seguridad
pero se avanza a tientas
uno adelanta manos como un ciego
ciego imprudente por añadidura
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia
los rostros insepultos la ceniza
la sonrisa del necio las afrentas
un barrunto de pena en el espejo
la baranda oxidada con sus pájaros
la opaca incertidumbre de los otros
enfrentada a la propia incertidumbre
se avanza a tientas / lentamente
por lo común a contramano
de los convictos y confesos
en búsqueda tal vez
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa
o iluminen un pozo de nostalgias
se avanza a tientas / vacilante
no importan la distancia ni el horario
ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada
a tientas hasta que una noche
se queda uno sin cómplices ni tacto
y a ciegas otra vez y para siempre
se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba.

Mario Benedetti

Este es el texto que me ha llevado a abrir este blog, a iniciar una nueva aventura por los oceános de esta gigantesca y compleja aldea global. Quizá porque en estos tiempos que corren, todos necesitamos de una brújula que nos marque el camino, y yo, en estas palabras, me siento como en casa. Precisamente porque una no es ciega, y distingue el relámpago de la lluvia, y puede, sin abandonar el laberinto, encontrar su propia salida.
Ir a tientas, ir buscando sin saber muy bien el qué, ir tropezando con los obstáculos, caer y lamentar la caída cuando ya nos hemos levantado, aprender y desaprender lo aprendido es, al fin y al cabo, lo que nos ocurre todos los días. Así que, en el intento de hacer este camino más amable, más luminoso, más vivo, iniciaré la navegación hacia no sé qué lugar...a tientas, como no podía ser de otra forma.