Se retrocede con seguridad
pero se avanza a tientas
uno adelanta manos como un ciego
ciego imprudente por añadidura
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia
los rostros insepultos la ceniza
la sonrisa del necio las afrentas
un barrunto de pena en el espejo
la baranda oxidada con sus pájaros
la opaca incertidumbre de los otros
enfrentada a la propia incertidumbre
se avanza a tientas / lentamente
por lo común a contramano
de los convictos y confesos
en búsqueda tal vez
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa
o iluminen un pozo de nostalgias
se avanza a tientas / vacilante
no importan la distancia ni el horario
ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada
a tientas hasta que una noche
se queda uno sin cómplices ni tacto
y a ciegas otra vez y para siempre
se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba.
Mario Benedetti
Este es el texto que me ha llevado a abrir este blog, a iniciar una nueva aventura por los oceános de esta gigantesca y compleja aldea global. Quizá porque en estos tiempos que corren, todos necesitamos de una brújula que nos marque el camino, y yo, en estas palabras, me siento como en casa. Precisamente porque una no es ciega, y distingue el relámpago de la lluvia, y puede, sin abandonar el laberinto, encontrar su propia salida.
Ir a tientas, ir buscando sin saber muy bien el qué, ir tropezando con los obstáculos, caer y lamentar la caída cuando ya nos hemos levantado, aprender y desaprender lo aprendido es, al fin y al cabo, lo que nos ocurre todos los días. Así que, en el intento de hacer este camino más amable, más luminoso, más vivo, iniciaré la navegación hacia no sé qué lugar...a tientas, como no podía ser de otra forma.
1 comentario:
Me encanta la poesía. Es preciosa.
Pero tu comentario no me gusta menos. Me parece muy lógico ir a tientas, pero también muy bonito.
Sigue a tientas y no tengas prisa porque si lo haces te perderás muchas cosas por el camino.
Un besazo
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