A day in the life

Versionar con instrumentos piezas cantadas es toda una labor de abstracción; donde antes estaba la palabra, lírica, sin resquebrajos, de una solidez que no deja lugar a dudas, ahora aparece la melodía, que flota, etérea, sobre el resto del conjunto. Una melodía punteada, cuerdas que ocupan el lugar de otras cuerdas. Poesía que queda encerrada en la críptica interpretación de unas notas musicales.
Las letras de los Beatles, tan ambiguas, tan libres, se desnudan por completo en esta versión de Grant Green, volviéndose contra sí mismas y dejando que cada cual reescriba, con palabras o no, una nueva canción.